1/11/14

inquietudes y certezas

No se si es real.
No se cuanto tiempo vas a estar esta vez.
No se que tan real es esto para ti.
No se cuanto pueda esperarte.
No se cuanto soporte tus  miedos.
No se si comenzar a extrañarte.
No se cuanto soportare sin que sea algo real, no algo que parece casi un secreto.

Pero se algunas cosas:
Que me encantan tus labios.
Que me encantan tus manos.
Que me encantan tus ojos.
Que me encantan tu lunares.
Que me encanta como besas.
Que me encanta como me haces sentir. Entre nerviosa y feliz. 

11/2/13

Rosa negra

No tengo ganas de escribirte cosas lindas, mi inspiración se esta evaporando, se esta esfumando, no encuentro mi norte, yo soy solo una mujer perdida...

En este momento me siento como una rosa negra; perdida y oscura...
Antes creía que era una rosa roja, ahora lo dudo... creo que perdí mi color...
Que cosas más horrible, que una flor sin color o sin aroma...
Pero creo que voy a tener que acostumbrarme e eso, mientras espero y mi paciencia se agota.

Soy una rosa negra...
Ya no soy roja...
Ni azul...
Solo soy una rosa negra... que se siente sola, rodeada de personas...
Una rosa, que siente que no encaja, que muchas veces se siente sola... Por que hasta el sol que eligió para ella, no logra comprenderla.  

Nunca más...

Me pasa de nuevo, me pierdo y no puedo encontrar un camino de salida, de esta espiral negra, en la que ah veces se transforma mi cabeza. 

Es tu culpa, y no lo entiendes, mis lagrimas ruedan por mis mejillas y es por ti. 
Por que no se que hacer, ya me estoy cansando de ti, de que no puedes decirme algo.
Me molesta cando alguien no es capas de decirme las cosas de frente, prefiero la verdad, que duele una vez y no una mentira que recuerdes toda tu vida.

Pero bueno... te lo dije, cuando quieras hablar, solo dime... pero mientras tanto, yo me dejare ir, en el río de mi imaginación, junto a las estrellas que adornan a la luna que tanto amo.

Espero que no te demores tanto, por que este enamoramiento, se puede quedar en mi pasado, por que si realmente me canso de esperarte... yo... solo me iré y no te molestare nunca más. 
Nunca más...

5/2/13

Dicen...

Dicen que nos enamoramos en segundos, pero tardamos meses en olvidar...
Dicen que nuestra pupila se dilata, cuando estamos cerca de alguien que nos gusta...

Bueno, yo digo, que el amor es complicado y si, podemos enamorarnos en poco tiempo... 
Yo, me demore muy poco en darme cuanta; tal vez, solo unos minutos, para que él fuera el único en quien pensara...

Daño


Tu voz se unió con el viento.

Un grito, murió en los labios.
Las lagrimas no derramadas, amenazaron con salir.
La boca apretada, para impedir que alguien escuche.
Los ojos brillantes.
La música, con el volumen alto.
Con la luz apagada, por que prefiere la oscuridad. 
La luna brillando en lo alto.
Y los sentimiento, como muy rara vez pasa, muy bien expuesto en su piel.

Pajaritos y sueños


Hace mucho tiempo, nació una niña. Era muy linda, pero nunca tenia alguien con quien jugar; siempre estaba sola.
Un día, sentada en su jardín, la niña vio un cielo tan despejado y azul, un azul que se fue fundiendo, con los colores del atardecer. Al ver esto; la niña quiso ser así de increible, para no estar tan sola.
Desde ese día comenzó a soñar, y al soñar no se sentía tan sola.
Uno de los atardeceres, la niña se quedo hasta mas tarde y pidió un deseo a la primera estrella de la noche:
-Querida estrella, por favor, ya no quiero estar tan sola-
Luego de pedir esto, la niña entro a la casa.
Esa noche la estrella estaba atenta y escucho el pequeño deseo, mirándola, decidió, regalarle un amigo, creado de sus sueños.
Por la mañana, al despertar, la pequeña escucho un pequeño cantó, que venia de la ventana, corrió, y de un tirón abrió la ventana, para encontrarse, frente de su cara, a un hermoso pajarito.
La niña estaba muy feliz, por que, supo, que la primera estrella de la noche, cumplió su deseo.
Cada ves que la niña soñaba, el pajarito crecía.
Pasaron días increíbles y muy divertidos, jugando juntos.

La niña comenzó a crecer, ya no pasaba tanto tiempo con el pajarito. Le molestaba que cantara, o que la despertara. Él no sabia que hacer, no entendía que le pasada a la niña; no entendía, que ya no era la misma niña, que deseo con tanto anhelo un amigo, no, ella creció, y dejo de soñar; ya con quería ser como el atardecer.
Esto ocasiono que el pajarito, comenzara a hacerse pequeño de nuevo, hasta regresar a su tamaño original.
A ella no parecía importarle más, lo que le pasara al pajarito, así que este, en una calurosa tarde ve verano, abrió sus alas y levantó el vuelo, para nunca más regresar. Y solo en ese momento, la niña se dio cuenta, que sus sueño estaban muertos.

Corazón


Ella entrego muy fácil su corazón.
Él no la entendió.
Ahora, él tiene sus manos machadas con la sangre del corazón de ella.
Y, ella... esta un poco vacía.

El silencio de las sirenas- Franz Kafka

Existen métodos insuficientes, casi pueriles, que también pueden servir para la salvación. He aquí la prueba:

Para protegerse del canto de las sirenas, Ulises tapó sus oídos con cera y se hizo encadenar al mástil de la nave. Aunque todo el mundo sabía que este recurso era ineficaz, muchos navegantes podían haber hecho lo mismo, excepto aquellos que eran atraídos por las sirenas ya desde lejos. El canto de las sirenas lo traspasaba todo, la pasión de los seducidos habría hecho saltar prisiones más fuertes que mástiles y cadenas. Ulises no pensó en eso, si bien quizá alguna vez, algo había llegado a sus oídos. Se confió por completo en aquel puñado de cera y en el manojo de cadenas. Contento con sus pequeñas estratagemas, navegó en pos de las sirenas con alegría inocente.Sin embargo, las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto: su silencio. No sucedió en realidad, pero es probable que alguien se hubiera salvado alguna vez de sus cantos, aunque nunca de su silencio. Ningún sentimiento terreno puede equipararse a la vanidad de haberlas vencido mediante las propias fuerzas.

En efecto, las terribles seductoras no cantaron cuando pasó Ulises; tal vez porque creyeron que a aquel enemigo sólo podía herirlo el silencio, tal vez porque el espectáculo de felicidad en el rostro de Ulises, quien sólo pensaba en ceras y cadenas, les hizo olvidar toda canción.

Ulises (para expresarlo de alguna manera) no oyó el silencio. Estaba convencido de que ellas cantaban y que sólo él estaba a salvo. Fugazmente, vio primero las curvas de sus cuellos, la respiración profunda, los ojos llenos de lágrimas, los labios entreabiertos. Creía que todo era parte de la melodía que fluía sorda en torno de él. El espectáculo comenzó a desvanecerse pronto; las sirenas se esfumaron de su horizonte personal, y precisamente cuando se hallaba más próximo, ya no supo más acerca de ellas.

Y ellas, más hermosas que nunca, se estiraban, se contoneaban. Desplegaban sus húmedas cabelleras al viento, abrían sus garras acariciando la roca. Ya no pretendían seducir, tan sólo querían atrapar por un momento más el fulgor de los grandes ojos de Ulises.

Si las sirenas hubieran tenido conciencia, habrían desaparecido aquel día. Pero ellas permanecieron y Ulises escapó.

La tradición añade un comentario a la historia. Se dice que Ulises era tan astuto, tan ladino, que incluso los dioses del destino eran incapaces de penetrar en su fuero interno. Por más que esto sea inconcebible para la mente humana, tal vez Ulises supo del silencio de las sirenas y tan sólo representó tamaña farsa para ellas y para los dioses, en cierta manera a modo de escudo.

                                                                                                                            El silencio de las sirenas
                                                                                                                                      Franz Kafka