Hace unos años, en un lugar llamado Astar –una tierra salvaje, poblada por seres sobrenaturales-, nacieron dos hermosas herederas a su trono.
Una con los ojos rojos como la sangre, la piel color caramelo, el pelo negro, y la otra con los ojos azules como el océano profundo, la piel blanca, y el pelo negro. Todos estaban felices con el nacimiento, en especial sus padres, Nicolas – el rey valiente- y Vanessa -la reina oscura- ”son tan hermosas nuestras hijas” -repetían a cada persona- “como las llamaremos?, mmm… Mia y Sol”.
Las niñas tuvieron una infancia feliz, su madre siempre estuvo con ellas, enseñándoles todo lo que savia sobre la magia, su mundo y sobre ellas misma.
Cada una tiene un propósito y un trono el cual devén ganarse, según lo que cada una representa, Sol tiene un “sol” en la mitad de su frente –la marca como hija de la luz- por el contrario, Mia tiene una “luna”-la marca como hija de la oscuridad-.
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